domingo, 19 de mayo de 2013

El caduco mundo de Disney



            Las películas de Disney son aquellas que todos recordamos como parte de nuestra infancia, como algo entrañable que incluso en la edad adulta nos gusta recordar, revivir y volver a ver. Pero este artículo busca ir más allá, dejar la mera observación de la película para hacer un análisis en profundidad de los valores que subyacen a estas películas. Es bastante sorprendente ya que siempre hemos tenido una visión del mundo Disney muy diferente a la realidad que este artículo nos presenta.
            Al igual que todas las empresas, Disney ha ido cambiando con el paso del tiempo, según el momento que vivía la sociedad, por lo que sus valores estaban determinados en función de la situación actual. No hay que olvidar que a fin de cuentas Disney no es más que otra gran empresa, que tiene como objetivo fundamental obtener grandes beneficios económicos.
            En consecuencia, si en esa época lo que se vendía era la imagen de una familia feliz, con su madre haciéndose cargo de las labores domésticas, mientras que el padre era el encargado de salir a trabajar para ganarse el jornal y mantener así su familia, pues era así como Disney a través de sus personajes trasladaba dicha imagen, creando por tanto estereotipos. Por tanto, si echamos la mirada hacia atrás nos daremos cuenta del machismo y el sexismo que las películas de Disney transmitían hasta entonces.
            Ligado a lo anterior, es cierto que la idea de la princesa que necesita ser rescatada y el príncipe fuerte que lucha con todo lo que se le ponga por delante para conseguirla, está desfasada. En la actualidad, esta gran compañía sigue reinventándose y creciendo, ahora adaptándose a la cultura del siglo XXI. Un ejemplo de ello son las películas de “Tiana y el sapo” y “Brave”. 
            Desde mi punto de vista, los cuentos y las películas son un recurso importante a la hora de la enseñanza, la cuestión es cómo debemos utilizarlos y para qué.
            En mi opinión, pienso que debemos formar niños y niñas con criterio propio y que no se dejan guiar por todos estos estereotipos que suceden tanto en estas películas, como en nuestro día a día en la vida. Esto es así, ya que son realmente los padres los que educan a sus hijos. Además como maestras, debemos observar qué películas ponemos en el aula ya que no queremos crear una sociedad diferenciadora.
           

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